Modelo de devoción y de entrega al trabajo, San José es el patrón de la clase obrera y de todos los trabajadores en general. Entre las virtudes que él empleó en su vida y en su labor, encontramos la presteza, la perseverancia, la constancia, la serenidad, la abnegacion y la entrega de sí.
Podemos extraer una enseñanza del aspecto trabajador de San José: la de visualizar el trabajo, no como un padecimiento sino como una empresa grande y noble. En su recorrido terrenal el trabajo es la función suprema del ser humano y su vida entera depende de la manera como lo lleva a cabo. Para hallar empleo, rece la siguiente oración a San José : «San José, ayúdanos a poner amor en nuestra labor, como lo hiciste tú, discretamente, al servicio de la Santa Familia en Nazareth.»
Ver también (y especialmente) la página novena.